Que creemos

La Palabra de Dios ha sido revelada en la Biblia y ella es la norma definitiva de nuestra fe, moral y práctica cotidiana.

La Persona de Jesucristo: creemos que Jesucristo es el eterno Hijo de Dios, que en la consumación de los tiempos se encarnó y vino a esta tierra, murió, resucitó de entre los muertos a
l tercer día y mediante este sacrificio, el hombre puede ser salvo. Jesucristo ascendió a los cielos, de donde habrá de regresar al final de los tiempos por su Iglesia con un propósito eterno (Juan 1:1, 14; Filipenses 2:1-11; 1 de Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 1:7).
El hombre necesita arrepentirse de sus pecados para tener comunión con Dios. Puede alcanzar la salvación por gracia no por obras.
La Salvación del ser humano: creemos que sólo mediante la muerte expiatoria de Jesucristo, como mediador entre Dios y los seres humanos, el hombre y la mujer pueden ser redimidos de su condición espiritual. La salvación es por gracia y se recibe por fe (2 Corintios 5:21; Romanos 5:1; 1 Timoteo 2:5; Efesios 2:8-9).
Creemos en el estado pecaminoso de la humanidad, y en la caída del hombre de la gracia de Dios, el cual, en su estado depravado necesita el nuevo nacimiento espiritual (Ro. 3:19; 3:23, Ro. 5:18-19, Ro. 6:23; Jn. 3:3-6).
Creemos que todos los que reciben por fe al Señor Jesucristo, pasan a ser parte de la familia de Dios (Juan 3:3; I Juan 5:1; Gálatas 3:26).
Creemos que Dios salva, sana y da libertad a los cautivos.
Creemos que Dios es uno, manifestado en tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y no obstante son un solo Dios (Mateo 3:13-17; Juan 14:11).
El bautismo en el Espíritu Santo y la manifestación de los dones: creemos en el bautismo  del Espíritu Santo, con la manifestación de hablar en otras lenguas como señal y en la operación de los dones para la edificación de la Iglesia (Hechos 2:1-4; 10:44-47; 1 Corintios 12:1-11).
Las Sagradas Escrituras: creemos que la Palabra de Dios (La Biblia) es el manual que Él nos ha dejado establecido para todas nuestras necesidades. Nuestra doctrina y enseñanzas no están basadas en nuestra propia sabiduría,
ni entendimiento, sino en el Creador. Creemos que las Sagradas Escrituras son la regla infalible de fe y conducta.
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